LOS AÑOS SE VAN
Los años se venían encima y, la vejes lo acompañaba, la soledad estaba en la puerta de su casa sin que él le quisiera hacer entrar, él quería evitar que entrase luchaba diariamente sin tener el éxito rotundo de antaño, cuando en su juventud gozaba de más de mil aventuras, aunque ahora le pareciese algo increíble. Se sentó frente a la mesa vacía que era llenada por su pensamiento, y, veía la sonrisa de sus seres queridos, ja, ja, ja, ja, mira mi amor las ocurrencias que tiene mi hijito, este loquito me quita todas las adversidades que tengo en mi vida, gracias señor por haberme dado esté niño tan lindo y juguetón, con sólo su sonrisa hace muchas cosas.
-Nuestro niño es una bendición de Dios.
-¿Qué haces? – Dijo su amada - en tu imaginación soñadora.
-Estoy escribiendo algo que quedará en el recuerdo, se va a titular, NIÑO porque los niños son muy especial – recordó su hogar, que era pequeño, los muebles de sala y una mesa de madera con cuatro sillas, era todo lo que llenaba su sala comedor, el mantel era tejido de hilo blanco como la nieve, su niño tenía ocho meses y días, de mirada vivaz, era un niño muy ingenioso, comprendía rápidamente lo que se le explicaba, juguetón y tenía siempre una pregunta o respuesta inmediata, camino a temprana edad casi a los ocho meses.
-Él jugaba con el lapicero, como en antaño, cuando escribió, lo que para él sería algo para recordar - no me equivoque, porque gracias a este escrito recuerdo perfectamente los hechos ocurridos en ese momento como si hubiesen sucedido hoy mismo, como me bastaba su sonrisa para poder llenarme de alegría, solo tenía pensamiento para llegar y ver a mi hijito, recordó la cantidad de juguetes que le llevaba cada vez que salía al centro de la ciudad en donde vendían los más diversos modelos de carritos, y otros robots de moda, pistolas, escopetas, espadas y, otros muñecos, siempre le compraba, no menos de tres, porque decía que sólo no va a poder jugar, cuando viajaba lo primero que buscaba en sus momentos libres era cuales eran los últimos modelos de juguetes para traerle, recordó cuando se asustaba con el trencito loco, porque este chocaba a la pared y, retrocedía inmediatamente, cuando le llevó los carritos de carrera en circuito cerrado, el niño se paro en uno de ellos diciendo que quería subir para que lo paseen, sonreía emocionadamente, diciendo hijo mío, por donde andarás, que mi Dios todo poderoso, creador de todo cuanto existe, te cuide, como siempre lo hizo, yo aún estoy cumpliendo mi promesa por ti, hijito de mi corazón.
Esperó, que siempre siga asistiendo a su iglesia como lo hacia desde pequeño, un poco más y me sale cura, sonrió.
¿Cómo se llamaran mis nietos? ¿Cuántos serán de él y, cuántos de mi hija? ¿Qué lugares del mundo habrán recorrido? ¿Su madre recordará aún mi nombre? ¿Ellos me recordarán? ¿Les hablaran a sus hijos de mí? ¿Cómo será la vida que llevan? ¿Regresaran algún día? ¿Les volveré a ver?
He cambiado mucho desde que viajaron, quizás si nos cruzamos y, no me reconocen, de repente esta cabeza pelada, ja, ja, ja, ja, como se verá está cabeza pelada para ellos, ja, ja, ja,, y mi Dianita seguirá flaquita o, de repente está regordeta y, mi amada, me seguirá queriendo, mantendrá como yo nuestro juramento con el amor que me prometió que no se extinguiría, ni con los años, ni con la distancia, ni con las influencias de los demás. Ellos, los sentimientos no tienen la culpa de haber sido separados e incomunicados.
Cómo te recuerdo, amada mía, como si fuese ayer, como si fuese hoy, como recuerdo el momento que escribí NIÑO, mi niño, era lo máximo, es lo mejor que Dios me entregó para cuidárselo, porque el niño puede hacer de nuestra vida una luz diferente, alejarnos con su alegría, de la oscuridad de nuestro mundo diario, con su sonrisa y, con su inocencia, nos da fuerzas para seguir trabajando, esforzándonos por un mundo mejor, para él, y la familia.
Si uno le habla constantemente, nos entienden, por ello jamás se le debe castigar con la mano, se le debe dar cariño, es decir bastante afecto, para que sientan que en realidad tenemos, sentimientos buenos para él, uno tiene que ser comprensivo con su inocencia, porque ellos tienen un alma limpia de culpa y, de nosotros depende de la forma que van teniendo sus ideas, ellos no tienen culpa de nada, actúan con tanta sencillez, son tan tiernos, delicados. Es por el poco tiempo que están en este mundo, jamás se le debe tratar con desprecio a ningún niño, porque todos los niños son dóciles, se dejan enseñar fácilmente, pero si nos analizamos nosotros mismos, nos damos cuenta que nosotros somos los únicos culpables, de que ellos lleguen a odiar a sus semejantes, porque ellos ven que nosotros odiamos, pero si ellos ven que nosotros hacemos el bien, ¿Cómo aprenderían a realizar el mal? Si aún niño lo tienes acostado y no le enseñas a caminar simplemente no camina, entonces quién le enseña a caminar, nosotros los mayores, y de quién aprende su comportamiento, de nosotros los mayores, nosotros estamos para guiarlos, nosotros no somos sus padres, somos sus hermanos mayores, nosotros tenemos que tocar el corazón del niño, a sí como el espíritu de Dios nos consuela, nosotros debemos de consolarlos, enseñarles a dar amor y, el mundo jamás tendría guerras, robos, heridos, accidentes, traiciones.
Recordó, que ese escrito, titulado niño, lo realizó una noche de invierno, estaba preocupado, por la falta de liquides económica, su madre estaba delicada, tenía problemas laborales, le habían entregado una carta de despido, qué haría con su vida, sin trabajo, con su madre enferma, con las deudas que tenía, estaba desesperado, es como si todos los males le tocasen a su puerta, el estaba con reposo médico, tenía infección al estomago, pero era una infección que no curaba, a pesar de los cambios de medicamentos, de médicos, de los múltiples análisis, radiografías. En ese momento su amada se encontraba en el dormitorio, con su hijito, jugando, mientras el de la mano con su soledad, se encontraba ensimismado en sus pensamientos, miraba sus días como una adversidad, que desgracia, que es lo que me está pasando, como cuidaré de mi pequeño, que debo hacer, no tengo capital de trabajo y, lo peor de todo estoy enfermo, como seguir una dieta, sin dinero, en esa desesperación, sin esperanza de donde agarrarse, apareció su niño corriendo con su sonrisita en flor de labios y sus ojitos alegres, gritando pa pá o, quizás ba ba, presuroso se levantó a su encuentro, para evitar se tropiece, tenía solamente ocho meses y días, este niño mío ya caminaba, con sus bracitos abiertos, lo cargó y, con sus manitas le daba en la cara, repitiendo ba ba o, pa pá no se entendía bien, pero se abrazaba fuertemente dándome besos, era como si Dios me trasmitiese su gloria, dándome esperanza, infundiéndome su amor, a través de ese niño hermoso, comprendí en ese momento, que los niños son algo especial, en donde nuestro Dios, trata de ver nuestras virtudes a través de ellos, es decir de cómo somos con ellos y, como los tratamos, pues de ellos depende el futuro de cada nación y, del mundo. Si ellos son buenos, los barrios serán buenos, las ciudades, las naciones, los continentes, el mundo.
N I Ñ O
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Caminas en la oscuridad
Llevando sol y belleza
Y hasta puedes derrumbar
Todo signo de tristeza
Contigo ríen las flores
Los muñecos y los campos
Los vientos se carcajean
Y hasta los árboles saltan
Como tiembla la tristeza
La nostalgia y los llantos
Huyen despavoridos
Al ver en ti tanto encanto
.-.-.-.-.-.
Con todo mi amor, para el fuego de mi corazón,
La fuerza de mi sonrisa, mi hijito amado.
…
Unos años después.
-Mira hijito, ya vas a tener un hermanito o hermanita, tienes que quererlo como yo te quiero a ti, cuidarlo, porque como va ser más pequeñito que tú y, tú vas a ser el mayorcito entonces tienes que quererlo y cuidarlo.
- ¿Y a mí quién me va a cuidar? – dijo el niño.
-Yo y, tú mamita porque tú siempre vas a ser mi hijito adorado.
-¿Y a él lo vas a querer? – pregunto el niño.
-Sí, porque también va a ser mi hijito.
-¿Cómo nos vas a querer a los dos? ¿Yo quiero que me quieras a mí no más? – reclamo el niño.
-Bueno, a ti nunca te voy a dejar de querer, estás contento
-Sí, porque si tú me dejas de querer, yo me muero ¿Tú quieres que me muera? – dijo el niño.
-No, porque si tú te mueres, yo también me muero ¿Tú quieres que me muera? – Dijo el padre.
-No, porque yo te quiero mucho – dijo el niño.
-Ya ves ¿Quieres que se muera tú hermanito, que está en la barriguita de tú mamita?
-No, porque yo también lo quiero – acercándose, posó su carita el la barriga de su madre y, lo beso muchas veces con amor -, el acaricio la cabecita de su niño y también le beso.
-Háblale hijo mío, dile hola hermanito como estás, yo te quiero mucho y te prometo que te voy a cuidar siempre, cuídate en la barriguita de mamita par que cuando nazcas estés fuerte como yo, y podamos jugar mucho.
El niño repitió todo lo que dijo el padre y agregó, y también te voy a enseñar a rezar el “Pare nueto”, porque yo ya se el “Pare nueto”, di mamita.
-Si hijito – Contestó la madre.
-Si lo sabes hijito, verdad que lo sabes.
-Si, si lo sé, di mamita.
-Haber reza el padre nuestro.
-Y el niño rezo todo el Padre Nuestro, cuando termino de rezar, él abrazo al niño cargándolo, besándolo y diciéndole:
-Esté es mi hijito lindo, de mi corazón ja, ja, ja, ya sabe el Padre Nuestro por eso lo quiero aún mucho más que Dios te bendiga siempre hijito lindo.- Y continuo diciendo.
-Escúchame, amor mío, DIOS me ha bendecido dándome a ti como mi mujer, yo voy a cuidarte siempre y te respetaré, a sí como a mis hijitos, y mi hogar, por lo que siempre estaré rogando a DIOS, por nuestra felicidad, la abrazo y abrazo al niño dándoles un beso, siempre les besaba, era muy normal, cada día que llegaba de trabajar lo primero que hacía era besar a su esposa y besar a su hijo, lo cargaba y cuando estaban conversando jamás le callaba, decía a su amada.
Espera un momentito mi amor que el también quiere expresar sus opiniones, y eso es importante porque el se acostumbra a tenernos confianza, además el quiere ser escuchado, después de escucharle y dejar que el niño exprese sus inquietudes, lo que debemos hacer es que el sienta que nosotros le amamos, para que el sienta que uno le quiere y que él es cuidado por nosotros, es por ello que siempre debemos escucharlo y preguntarle lo que le pasa, lo que le dicen, lo que siente, lo que le hacen, para que nosotros estemos enterado de todo su alrededor y no estar lamentándonos mañana, de lo que le pueda pasar, nuestra obligación es observarlo que él siempre este contento, feliz, está manera también podemos orientarlo oportunamente, lo más interesante de esto, es escuchar sus opiniones, pues el solo echo de escucharle es darle confianza para que te cuente siempre todo, el va asentir que tiene el apoyo necesario y que su papá y su mamá son sus mejores protectores consejeros y amigos, nunca debemos dejarle sin opinar, nunca debemos votarlo de nuestras reuniones, ellos son mas importantes que nosotros mismos, pues nosotros tenemos experiencia y aún con nuestra experiencia cometemos errores, entonces evitemos que ellos cometan los mismos errores o peores errores que nosotros, después de escucharlos debemos decirle de la mejor manera que mamita y papito van a charla y que juegue un momentito con sus cositas o juguetes las opiniones o lo que te va a decir es muy importante. Recuerda amada mía hay que ayudarles a tener experiencia, porque la experiencia que hemos vivido tenemos la obligación de trasmitirle, de esta manera ellos obtiene un mejor conocimiento de las cosas y actúan con mayor madures, yo considero que la experiencia no solo se obtiene viviéndola, si no también se obtiene transmitiendo lo que otros han vivido, yo he visto los errores de muchos por lo que me contaron ellos mismos, y esto me ha servido para no cometer los mismos errores.
Pues bien llegara un día en que ya no tendrás que dar orientación, entonces ahí nos tocará dejarlo despegar porque él es futuro y nosotros, al igual que nuestros padres nos iremos quedando en el pasado, porque cada uno de nosotros vivimos un tiempo y los que nacen tienen el derecho de vivir de acuerdo a su tiempo, de la mano con los cambios y mejoras que le da el mundo, y con los cambios y mejoras que ellos los niños hombres del futuro aportaran al mundo.
Para que ellos puedan aportar, tienen que ser orientados bien, tienen que estudiar bien, tienen que jugar bien, tienen que ser amados por sus padres y sus parientes bien, saber ser buenos, de está manera el mundo en que vivirán y que dejaran para que vivan los demás será un mundo mejor.
Jamás trates de que él tenga su futuro como tú quieres, porque el jamás, o no siempre, va a pensar o vivir de acuerdo a tus gustos o va a querer tener la profesión de sus padres, el tiene el derecho de ver su futuro, porque el futuro le pertenece, a sí como tu tienes la obligación de ver su crecimiento, porque su crecimiento, mejora moral y espiritual te pertenece. Es decir tienes que enseñarle buenas acciones, para hacerle entender el conocimiento de la bondad, y que lo material no siempre es lo más importante en la vida.
Yo he conocido dos hombres diferentes uno que por dinero fue capaz de aprovecharse del dolor de sus trabajadores o empleados incluidos con ellos sus hijos esposas y todos los que de él dependen y otro hombre que se negó a realizar ese trato propuesto por el mismo dueño y contestó sabiamente, un momento yo prefiero dejar el trabajo, pero no permitiré que me usen para dar ese trato, pues prefiero pasar en la historia de cada uno de ellos como un hombre bueno, que por un puñado de billetes quedar en la historia de ellos y de sus hijos como un hombre ruin y desalmado.
Hasta el día de hoy admiro esta respuesta, pues ante la inconciencia del primer hombre cruel e inhumano, estaba este hombre afectivo, que se dejo llevar por sus afectos de comprensión y humanidad, probo consigo mismo y con Dios. Este hombre tengo la seguridad que será siempre bendecido por Dios, siempre le he observado actuar de la mejor manera y justa.
Te amo amada mía, ayúdame para que nuestro hijito sea un hombre bueno y justo.
