SÓLO CUANDO SUFRES VIENES EN LLANTO
Marcos un joven de más edad le dijo a Manuelita, te apuesto a que yo voy a ser tu primer hombre, Manuelita contestó: apuesto todo menos eso, con eso no me juego, bueno contestó, el jugador es jugador y quieras o no la apuesta está echa, Marcos tenía fama de andar con fármacos y drogas, Manuelita no de dio importancia.
Había pasado cerca de tres meses y Manuelita regresaba de comprar en la bodega y fue invitada a una reunión de amigos donde ella era la única mujer y le dijeron salud Manuelita, ella con la confianza que tenía de los amigos de años les aceptó y les dijo solo les voy aceptar un traguito muchachos, uno de ellos dijo: si es un solo vaso, entonces tomemos cada uno en su vaso para brindar por las apuestas de Manuelita, que buena idea argumentaron el resto.
Manuelita se sintió aludida y bebió, después de eso manuelita no recordó nada, cuando despertó no estaba en la reunión si no en un hostal y con dolores, Manuelita había sido violada, lloró tanto que se desmayo, despertó y volvió a llorar, Dios mío porque a mí Señor, porque a mí, cuando Manuelita llegó a su casa fue despreciada e incomprendida por sus familiares, estos se habían enterado en forma distorsionada que había apostado su virginidad.
Manuelita tubo un bebe que llevó los apellidos que ella llevaba, dejo de apostar durante mucho tiempo, pero siempre se daba sus escapadas a las casas de juego, para cambiar su destino, Manuelita se fue a vivir a otra ciudad con el apoyo de sus familiares dejó de beber y dejó el cigarro, todo estaba bien hasta que un día en una reunión miro a uno de sus violadores que murmuraba con los jóvenes del lugar mirándola y riéndose. Ella sintió rabia al verlo, pero después sintió desfallecer ¿Por qué tuve que tener esas amistades? ¿Por qué tiene que venir a esta ciudad y a esta reunión? Dios mío porque soy tan desdichada, después de esa reunión su vida no fue igual, los muchachos le insistían con las apuestas y ella se negaba a apostar, anda pues Manuelita le decían porque no quieres apostar con nosotros ya sabemos que eres una gran apostadora y nosotros también queremos perder contigo le decían entre sonrisas escondidas, los vecinos mayores y jóvenes se murmuraban a baja voz invenciones propias, hasta que un día invitaron a Manuelita a jugar juegos de mesa sin apuestas y una de las señoras solo por probar su debilidad según ella le apostó una gaseosa diciéndole: eso no es malo, pero ya era malo, la apuesta en si era lo malo, Manuelita aceptó y después de esas apuestas llegaron otras de tal modo que manuelita con el tiempo gastó sus ahorros y el dinerito que tenía para su hijito, un día este niñito se enfermo, y Manuelita solo tenía una parte de lo debía de tener para la medicina, se fue al tragamonedas y se jugo el dinero con la esperanza de obtener ganancias para la compra de su medicina, el bebé se había quedado con fiebre y no solamente necesitaba medicina si no una buena alimentación, al salir del tragamonedas Manuelita se encontró con Fernando que muy cariñosamente le dijo:
- ¿Qué te pasa Manuelita? ¿Por qué estás con esa cara de querer llorar?
- Ella le contó brevemente lo que le pasaba y soltó en llanto
- Fernando le dijo: para eso estamos los amigos yo te doy dinero cuanto necesitas.
- Ella dijo la cantidad.
- El contestó y dijo: no hay problema, yo te doy el doble pero tú te acuestas conmigo.
- No, contestó ella, eso jamás.
- Y que prefieres dijo él: que se muera tu hijo, yo se que es tu hijo y no tu hermanito, conmigo no te hagas la santita y se como llegó y quienes son sus padres, ya vez, que una raya más no le hace mal al tigre vamos y te doy el dinerito, nadie se va ha enterar y si se enteran mejor porque tú estas como para ganar bastante dinero, le tomó de la mano y trato de llevarla.
- Ella se negó llorando. En su casa abrazó a su hijito y le dijo: perdóname hijo mío por haberte negado, perdóname por apostar tu dinero, no tengo medicina, no tengo para que comas, soy una mala madre porque todo lo que gano me lo gasto en esas malditas apuestas ¿Por qué Dios mío soy así? ¿Por qué no cambio? ¿Qué piensa la gente de mí? ¿Qué soy una ramera? ¿Qué me juego mi cuerpo por dinero? ¿Ayúdame Señor? ¿No me dejes terminar como prostituta? ¿Qué locura voy hacer? ¿De donde sacó dinero para mi hijito?¿Nadie me va a creer, pues siempre he mentido solo por ir a los juegos de azar? ¿Dios mío que hago? Mis padres ya no me aman, mis hermanos me han dejado, las vecinas cuantas veces me han criticado directamente, pero ellas tienen la culpa pues ellas en vez de ayudarme insistieron en que yo apueste y una vez logrado su cometido me dejaron metida en el lodo y sola, hijito tu no tienes culpa de esto, es mejor morir los dos juntos y terminar con esta pesadilla.
- Recordó a su abuelita que siempre le decía: hijita linda, sólo los cobardes se suicidan, el suicidio es un pecado que nos aleja definitivamente del Señor nuestro Dios.
Tomó al bebé en sus brazos y corrió a doña Olga la señora marginada por el resto porque no iba a la iglesia católica si no que iba a una iglesia evangélica.
-Doña Olga, doña Olga mi hijito se muere, doña Olga no sea malita ayúdeme, para curarlo y yo le pago a fin de mes, pero todos los días al venir del trabajo le limpio su casa doña Olga, por favor no me abandone.
-Yo no tengo dinero dijo doña Olga, pero reuniré en estos momentos con mis hijos para ayudarte, pero con una condición, que dejes de jugar tu dinero y que vengas a mi casa para orar a Dios para que cambies.
-No te pido que vengas a mi casa, para limpiarla, quiero que vengas a mi casa para limpiar tu corazón y para que llegues a Dios.
¿Cuántos de ustedes han ayudado a cambiar a su prójimo? ¿Cuántos de ustedes, sólo cuando están desesperados lloran y llaman a Dios? ¿Cuántos están decididos a cambiar sus errores por nuestro Señor? ¿Tú también vas a esperar que se acumulen tus desgracias para recién buscarlo? ¿Por qué avergonzarse, por qué no arrepentirse ahora?
Si Él está esperándonos.
WILLDER GAMARRA SOLES
TRUJILLO- PERÚ.
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