LOS PERROS ENDEMONIADOS
Eduardo caminaba hacia
la casa de su prima, el lugar tenía sembríos, como una casa de campo con sus
guardianes, gallinas, patos, grullos, eran ya las ocho de la noche, él
regresaba tranquilo después de una tarde hermosa, había caminado en la pequeña
plazuela el recreo, en su regresó pasó por un costado de la plaza de armas de
Trujillo,
-
Eduardito, no vayas a llegar muy
tarde, no valla ser se te presente los perros endemoniados, le decía su prima
jajajajajaja, que era una bromista de primera.
Eso de los perros
endemoniados, se lo había dicho su prima ya hace una semana, cuando ella visitó
la casa de sus padres en Chiclín.
Ese día él había tomado
un carro que venía del norte a las 3pm, bajo en Mansiche y caminó hacia la
plaza de Armas conversando con una amiga, posteriormente dolaron en Jr.
Pizarro, acompañándola hasta la calle Estete, que es la única calle perimetral
de la plazuela el Recreo a unos 25 metros de distancia de la plazuela, había
una Quinta, allí vivía Marcelita Trelles, estuvo conversando con ella hasta que
le ganó la noche, presuroso se encamino a la casa de su prima, en el camino
sonreía solo, al recordar la sonrisa de Marcelita, que le decía no les creas ni
a tu prima, ni a mi madre, esto, por lo
que decía la madre de ella, que antes por la calle salía una botija en la
madrugada y al que lo encontraba solo le hacía votar espuma por la boca.
Al llegar a la primera
cuadra de Pizarro, diviso la casa de su prima, no divisó el colegio San
Vicente, construido en un terreno donado por el filántropo, señor Vicente Gonzáles de Orbegoso,
propietario del fundo San Andrés, quien regaló una hectárea de terreno a las
hijas de la Caridad. En ese lugar se fundó el 25 de Junio de 1920 el Colegio
San Vicente de Paul.
Unos minutos más tarde
estaría llegando a donde vivía su prima, el lugar tenía un cerco de casi 100
mtr lineales, su pared era de unos 70 cms de alto, luego un arbusto cubría la
parte superior superando los 2.5 mtr de altura. Comenzó
a cruzar el cerco para dirigirse a la propiedad de su prima, tenía una entrada
abierta, sólo un palo servía de tranquera, desde ese lugar se podía mirar una
carreta antigua, que estaba como reliquia, no había veredas, ni pavimento, todo
era tierra, caminó en la oscuridad, más el brillo del interior de la casa de su
prima era impresionante, ante la oscuridad de las velas de algunas casas.
Algunas plantas de girasoles o mirasol, habían terminado hace horas su
trabajo de seguimiento a los rayos UV del sol, una piedra en el camino oscuro
lo hace trastabillar y casi cae a la tierra, esa tierra ya seca, pero dura por el riego constante,
esto en le hizo dar un pequeño grito y algunos pasos fuertes para no perder el
equilibrio, ya le faltaban como unos veinte pasos, cuando de repente se le
aparece un perro blanco grande, que le empezó a gruñir, al poco rato aparece
otro perro color negro, también frente
a él, después uno color canela, otro
marrón más pequeño, al poco raro estaba rodeado de perros de todos los tamaños
y colores eran unos diez perros quizás, no los pudo contar nunca.
De un momento a otro se
quedó petrificado, rodeado de todos esos perros, de diferentes razas, y diferentes tamaños.
ANTES DEL PRIMER PASO.
Miró al perro negro en
la oscuridad de la noche, los ojos del perro se veían rojos, capaz de intimidar
a cualesquier persona, él también se intimido, el perro demostraba una fiereza
increíble, enseñándole sus colmillos, Eduardo trató de calmarse, recordó que en
su tierra Chiclín cada vez que salía del cine en turno de noche, Sultán, el
perro fiero y bravo criado por su padre, se quedaba en la puerta de la casa,
este siempre le recibía con fiereza, con ladrido y con intenciones de atacar,
pero él se quedaba quieto sin movimiento, entonces esperaba un momento y con
voz rígida le decía:
-
Sultán, quieto, Sultán, soy yo, ven,
acércate.
Recordó que él no se
movía, entonces Sultán se acercaba lentamente, mirándole fijamente con sus ojos
rojos, y un rostro disgustado; entonces él le decía:
-
Soy Eduardo, Viejo amigo, tranquilo,
no te molestes, ven reiteraba diciendo y a la vez realizaba ese chasqueteo de
lengua y dientes, que tanto les gusta a los perros y lo toman como un sonido de
aprecio y cariño, añadiendo el chasqueteo de los dedos.
Entonces Eduardo de lo tieso
que se encontraba, sin doblar la rodilla desplazó su pie derecho lentamente a
un paso corto, este movimiento fue seguido por la pierna izquierda para
terminar nuevamente paralizado.
ANTES DEL SEGUNDO PASO.
Recordó que después que
se le acercaba Sultán, él presto le hacía cariño, frotando sus manos a la
altura de su cuello; pero su pensamiento se quedó trunco, cuando sintió el roce
de uno de los perros en su pierna, como tratando de ver su reacción, su
respuesta fue un parálisis total.
Todo el lado izquierdo
donde rozó el perro, se le enduró, cuál de ellos lo rozó, ni pensarlo, ni verlo, pero todo ese bendito
lado, quedó paralizado, la oreja izquierda parecía que se le estiraba hacía
arriba, los pelos del lado izquierdo estaban parados, la pierna izquierda se
erizo como carne de gallina, quería voltear pero sabía que era un error, solo
su boca se chuequeo un poco, haciendo un estiramiento hacía su hombro
izquierdo.
No cálculo el tiempo,
pero este parecía una eternidad, entonces los perros se calmaron un poco, y él
traslado nuevamente la pierna derecha, estirada totalmente, sin doblar para
nada la rodilla, después de esto acercaría lentamente la pierna izquierda, en
este movimiento nuevamente los perros gruñeron.
ANTES DEL TERCER PASO.
Recordó a Káiser el
hermoso pastor alemán criado por su padre y con el cual le gustaba jugar, este
hermoso perro siempre se le acercaba le olía los pies, la pierna y hasta la
entre pierna cuando él llegaba de la calle, al comienzo él se incomodaba hasta
que su padre le dijo:
-
Déjalo hacer su trabajo.
-
¿Qué
trabajo? Pregunto, Eduardo.
-
Identificación, dijo su padre, él
está identificando si te has ido a lugares en donde hay otros perros y quiénes
son estos, si son tranquilo o fieros.
-
Vengo de la Casa de Juan Manuel, él
tiene una perrita Doberman.
-
Míralo, dijo su padre, continuando,
es por eso que te mueve la cola, como
quién te dice, anda pues llévame a conocerla.
Entonces sus hermanos,
y su madre se rieron con grandes carcajadas y uno de ellos, dijo:
-
Para lo que has quedado para ser
alcahuete de perros. Lo que prolongo las risas.
Nuevamente Eduardo sin
levantar el pie, alargo la pierna derecha, para dar un paso más.
ANTES DEL CUARTO PASO.
Antes de salir de casa
Eduardo como siempre acaricio Káiser, después Andrax que tenía la
particularidad de echarse en sus pies y luego a
Sultán, quién con la mirada parecía decirle no te demores, no llegues
tarde, que te puedo morder. Que linda era Andrax, una hermosa pastor Alemán,
color negro con pecho marrón claro, tenía sus orejas hermosas con las que
parecía detectar hasta los mínimos movimientos de una lagartija en el campo,
luego paso por la casa de Juan Manuel en donde Chiquita, que era el nombre de
la perrita Doberman que parecía estar en celo, chiquita ni bien reconocía a
Eduardo se paraba en dos patitas, para que el la sujetase e hiciese bailar, en
esa oportunidad también bailo, jugando un rato él para que le acariciase,
después en la casa de Marcelita Trelles, con su pie rasco la barriguita de su
perrita Pekines se deleitaba con esas caricias quedando con las patitas hacia
arriba y retorcijándose de un lado a otro, pulguita era la mascota más mimada
en la casa de Marcelita Trelles, era un pequeña perrita media regordeta, pelo
un poco ensortijado, orejas caídas, pelo de color blanco que tapaban un poco
los ojos de pulguita.
Qué hubiese pasado si
se quedaba en casa de Marcelita conversando más rato, seguro que no lo dejaban
partir hasta el otro día, porque esa era la costumbre en el pueblo, de Chiclín
en donde siempre reinaba una desbordante amabilidad, pero también recordó que
su madre le decía:
-
Recuerda que no estás en tu pueblo,
en la ciudad no tienen las mismas costumbres, que en nuestro querido Chiclín.
Eduardo tenía en su
mano un casco romano, le gustaba el arte y tenía una presentación con el grupo
de teatro de su pueblo con los que iba a presentarse en una obra por Semana
Santa. Uno de los perros le metió el hocico en la entre pierna, él se puso blanco, más blanco de lo que era, mientras que otro de
los perros le olfateaba la pierna, el inmóvil, asustado pero sereno, quiso
gritar, pero en lugar de eso, comenzó nuevamente a desplazar su pierna derecha
lentamente, para que los perros no se sientan amenazados, porque cuando se
sienten amenazados, estos animales se endemonian, es decir se ponen demasiados
agresivos, y atacan sin piedad, además eran muchos él había calculado que eran
diez quizás más o quizás menos, felizmente gruñían amenazantes, pero aún no
habían intentado morderlo.
ANTES DEL QUINTO PASO.
Tal vez los perros lo
olfateaban para reconocer de donde venía, quizás eran perros románticos y
enamoradizos, trato de ver si movían la cola pero prefirió no mirarlos, de
repente a uno de ellos no le gustaba su mirada, y con este pretexto podían
atacarlo, porque así sucedió en la pelea que tuvieron en la fiesta del señor de
la caña, todos estaban bailando y tomando tranquilos, cuando de repente un
señor no conocido, que no era lugareño, miró a Don Ramón Castilla, de esa
manera le llamaban al papá de Jorgito Méndez , porque se dejó los bigotes
grandes como Ramón Castilla.
Dicen que todos
bailaban contentos tomando unos tragos, Don Ramón Castilla estaba que bailaba
con una joven hermosa que también no era de Chiclín, y de repente el Negro
Batán, que era el seudónimo del no lugareño al sentir la mirada de Don
Ramón Castilla, reaccionó de manera no
apropiada, el tipo estaba mareado y le dijo:
-
Qué miras, xzvxz, el pobre señor Méndez, contestó.
-
A mí me hablas negro de Mxzvxz, y fue
suficiente.
Dicen que el negro atacó
tan rápidamente, que el señor Méndez, no tuvo ni tiempo de contestar un solo
golpe, que si no estaba presente en la fiesta el señor Frontado le daban peor
que majado de plátano.
Mejor ni mirarlos, dijo
para sí mismo Eduardo, mientras estiraba arrastrando lentamente su pierna
derecha, sin doblar la rodilla, para que no
se sintiesen amenazados, no levantó para nada la pierna, pues esto es
agresión y los perros lo tienen grabado en sus genes, mejor es sumisión, cero
movimientos o movimientos casi no percibidos, entonces al deslizar el pie lentamente,
el movimiento del cuerpo también debería ser sin el movimiento de los brazos,
pero en una de sus manos él tenía, el casco romano, al día siguiente era la
función de teatro. Al fin se completó el paso quinto.
ANTES DEL SEXTO PASO.
El casco ya le estaba
incomodando, podía resbalarse y esto sería más que un pretexto, para que uno de
los perros se sienta ofendido, agredido, o realice un movimiento de huida para
posteriormente atacar, y con ese ataque el final, porque todos los demás perros
también atacarían, eran grandes esos animales, horrible su mirada, feroces sus
gestos, y sus dientes podrían desgarrar cualesquier tipo de carnes.
Si se le caía su casco,
el resultado de ataque era más rápido, porque los perros hubiesen saltado y eso
era como un cuidado nos ataca, retirada en señal de defensa y morder en señal
de ataque, pero al morder desgarran las carnes, porque los perros cuando están feroces
o mordiendo a quién no conocen, le clavan los dientes, para posteriormente
mover la cabeza de un lado a otro y con esto sus colmillos y la presión de su mordedura
realizan el desgarramiento de las carnes enemigas, una vez fijado la mordedura
tienden a retirarse sin abrir la boca jalando parte de la carne mordida.
Diferente es cuando
juegan, recordó que cuando jugaba con Sultán, que era un perro fiero, de poco
juego, ganador de grandes peleas callejeras, el perro a pesar de su fiereza, lo
mordía pero a la vez aflojaba la presión de su mordida, el perro sabe que es un
juego, y cuando debe de morder seriamente, de eso si era muy consiente.
Un perro nunca muerde a
su dueño, así sea castigado sin motivo, el perro sufre cuando su dueño sufre, o
está en peligro; el perro no sabe hablar pero su mirada lo dice todo, te mira
con miedo, con alegría, con indiferencia, pero al dueño siempre le muestra
fidelidad, con el movimiento rítmico de su cola.
Por eso dicen que el
perro es el mejor amigo del hombre, si tu estás en la playa y te metes muy
adentro, él te ladra en señal de alarma, para que no ingreses, es como si te dijese
peligro, peligro no ingreses más. El perro te ataca si se siente ofendido, te va decir con sus
ladridos y mirada, un momento, quién eres, a donde vas, no te conozco, este es mi
territorio.
En este caso ellos
percibían los movimientos, pero estos
eran lentos débiles, no agresivos, y lo aceptaban, el líder lo estaba
estudiando, le seguía cada movimiento, y se lo permitía.
ANTES DEL SÉPTIMO PASO.
Tal vez el líder era
consiente que él no representaba ningún peligro, iban ya siete pasos, Eduardo
veía que los perros no eran endemoniados como decían, quién o quienes serían
los dueños de estos perros, porque eran tan descuidados dejando a estos
animales sueltos, que falta de responsabilidad. Suspiró lentamente, cada uno de
los siete pasos había sido una eternidad, pero había avanzado.
La última vez que en su
vida sintió la eternidad del tiempo, fue cuando llamó por teléfono a Guni Ganosa,
ella había partido a Lima, era entonces el amor de su vida, con ella había
jugado desde pequeño, ella le decía tu eres mi novio, y chispita nuestra
hijita, era una hermosa perrita, de color blanco, con un pelaje lanudo
esponjoso, con unos ojitos y nariz redondos, sus orejitas siempre caídas para
ambos lados de su rostro, que ternura de perrito, muy inteligente ese
animalito, que juguetona incansable, chispita era la hija putativa en sus
juegos, Guni lo abrazaba ella lo besaba, diciéndole EQ porque él se llamaba Eduardo
Quesquén , chispita es nuestra hijita, tú eres el papá y yo la mamá, entonces
lo besaba en la boca tomándole su rostro; Chispita era de raza Bichón Frisé, fueron creciendo y decían que eran
enamorados, hasta que un día cuando él tenía 14 años, ella partió de su lado; el
padre de Mikita fue a trabajar a la ciudad de Lima, entonces se distanciaron,
se escribían cartas, pero tenían la necesidad de escuchar sus voces y decirse
te amo, ya que todos los días y a cada momento se decían cosas cariñosas, con
gran ternura.
En oportunidades la señal
no era muy clara, y en oportunidades Guni
le reclamaba, porque él se olvidaba de preguntar por chispita, diciéndole no
me preguntas como está nuestra hijita,
entonces el preguntaba, como respuesta
ella le decía no te escucho amor mío y él volvía a decirle casi gritando, como esta nuestra
hijita, en una oportunidad la señora telefonista se quedó sorprendida al
escucharlo hablar, y preguntar por su hijita, desde esa fecha siempre le daba preferencia en la cabina.
En una oportunidad EQ
entra la cabina, lastimosamente no hubo señal, siempre sucedía esto en la
Compañía Peruana de Teléfonos, siempre tenía ese pequeño pero desesperante
problema, entonces la señora telefonista movía la manija, colocaba y sacaba los
cables con los chupones. La señora telefonista al verlo que era el jovencito
que iba hablar con su esposa, le dijo:
-
Un momentito joven, no se preocupe,
de todas maneras usted hablará con su esposa, él se puso más rojo que tomate en
cosecha, espero y espero línea, esa espera después del bochorno, le pareció una
eternidad, ya que tenía vergüenza de salir de la cabina, dentro de sí mismo decía.
-
Está señora piensa que soy casado y
tengo una hijita. Entonces sonrío al recordar esos momentos, el perro líder
parecía leerle la mente dejándole dar un paso más.
ANTES DEL OCTAVO PASO.
Los perros nuevamente
gruñeron, entonces uno de ellos le olfateo el pie derecho, este volteo mirando
a otro perro que no tenía cola, y este como si recibiese una señal se acercó
para también olfatear, que raza era este último, no era de raza, era como dicen
chusco, que suerte tiene los perros, eros no tienen diferencia de clases como
tienen los seres humanos, a ellos no le interesa si uno viene de casa de pobre
o de casa de ricos, si es aceptado en el grupo, lo integran como uno más de su
familia, porque ellos no saben de color, de sangre, ni de dinero.
En su amado Chiclín
había perros de raza en casa de muy pobres, de pobres y de ricos como en la
casa de los dueños y estos jugaban con perros chuscos, o de raza
que eran los señores Larco.
La familia Larco, en su
casa criaba pavos reales, loros de diferentes razas, caballos de paso, ponis,
grullos, monos de varias razas, sacha vacas, tigrillos, y otros animales más.
Chiclín era lindo, para
entrar tenía dos portones, uno en la gran Vía y el otro en la avenida Larco,
que eran las dos calles principales.
En la plazuela
principal estaban la estatua del Trabajo, la estatua de Cristo Rey, la estatua
de Javier Larco, ing. Agrónomo, que falleció toreando, dicen que este señor era
el elegido para continuar la labor en Chiclín.
En esos momentos, él
estaba en una penumbra, mientras a esa hora en Chiclín la energía eléctrica
iluminaba perfectamente, la luz eléctrica era de 6 a 10 pm. En chiclín el
vigilante nocturno se encargaba de revisar las casas, a partir de las 10 pm en
donde había luz tocaban las puertas, pedían expliquen porque las luces
prendidas si tenían problemas, les ayudaban, al que estaba en la calle también
le preguntaban si tenían problemas, en este caso él, el vigilante nocturno se
hubiese encargado de esparcir a los perros desde su caballo, con su fuete.
Pero su realidad era
diferente, estaba solo, no tenía la ayuda que necesitaba, quizás en su caso el
vigilante le hubiese preguntado el motivo de su visita, a qué hora iba a
retirarse, si no aparecía de retorno a esa hora lo hubiesen buscado para que se
retire, pero los perros no eran vigilantes, ni hablaban sólo gruñían olfateaban
y esperaban un error para cobrar a mordiscones ese error, ya que este error
sería tomado por ellos como una falta de respeto.
El olor de los
diferentes perros que llevaba en su ropa, había despertado celos territoriales
en esta familia perruna, pero tal vez el olor de Andrax y Chiquita podrían
tranquilizarlos un poco, si eran unos perro románticos, como decía su padre, no
había tiempo de verlos, entonces se decidió a dar un nuevo paso victorioso.
ANTES DEL NOVENO PASO.
Porque a mí, se dijo
mentalmente Eduardo, su madre decía que a los que se portaban mal, les pasaba
cosas malas, él no se había portado mal, era un buen hijo, un buen hermano, un
buen amigo, un buen sobrino, buen novio, buen padre, porque hasta ese mismo
momento había pensado en Guni y su hijita Chispita, recordó las veces en que
caminaban de la manito con Guni, frente al cine Patria, él iba con su uniforme
escolar, pantalón y camisa color blanco, y su chompa color rojo, ella con una
faldita a cuadros, su blusita a cuadros y una chompita amarilla que le quedaba
lindísimo, entonces recordó también que
las campanadas de la iglesia les daba las horas, daban campanadas fuertes para
marcar o indicar la hora, campanadas débiles o medias campanas como decían
ellos para las medias horas, si hubiesen esas campanadas él podría calcular el
tiempo que estaba allí tratando de liberarse de los perros endemoniados.
Arrastro nuevamente el
pie derecho lentamente, pero esta vez tembló un poco su estabilidad corporal,
tenía que tranquilizarse, porque los perros, olfatean tu nerviosismo, apretó
lentamente el casco romano, contra su cuerpo a la altura de la cintura tratando
de buscar el cinturón para enganchar la punta de la oreja y aliviar el peso, no
debería malograra el casco, pues al día
siguiente él tendría que usarlo en la obra de teatro por semana santa,
él tendría que desarrollar el personaje
de Pablo de Tarso, apóstol de Cristo por decisión de Dios, Pablo de
Tarso (1ra de Corintios:1) (Hechos9)
Pablo antes se llamaba
Saulo, Saulo respirando aún amenazas de muerte contra los discípulos del Señor,
se presentó al sumo sacerdote y le pido cartas para las sinagogas de Damasco,
tenía la intención de encontrar y llevar presos a Jerusalén a todos los que
pertenecieran al camino, fueran hombres o mujeres. En el viaje sucedió, que al
acercarse a Damasco, una luz del cielo resplandeció de repente a su alrededor.
El cayó al suelo y escucho una voz que decía:
-
Saulo ¿Por qué me persigues?
-
¿Quién eres Señor? –preguntó
-
Yo, soy Jesús a quien tú persigues
–Le contestó la voz- Levántate y entra en la ciudad que allí te dirán lo que
tienes que hacer.
ANTES DEL DÉCIMO PASO.
A pesar de los perros
endemoniados el no sentía ningún temor, los perros eran como sus amigos, en
realidad mejor que los amigos, porque ellos aceptaban mucha veces lo que los
amigos no aceptaban, y es que muchos dicen ser tú amigo pero no lo son, para
Eduardo la amistad era la aceptación de un conjunto de sucesos, porque el ser
humano era un ser gregario, entonces tienen necesidad de relacionarse, con
otros seres a congregar.
Pero no todos aceptan
un conjunto de sucesos positivos y negativos, todos o casi todos se fijan más en lo que les
favorece, no todos los que se reúnen lo hacen de una manera blanca o sana,
muchos de ellos en la misma reunión se divierten tratando de dividir, de crear
diferencias, escalas, sub grupos.
La verdadera amistad
debe tener personas que sonríen con sinceridad o se preocupan de hacerte
sonreír sanamente, en un momento difícil o en cualesquier momento de la
vida, los amigos se cuentan sus cosas
intimas y también sus sueños y esperanzas, sus desalientos y sus tristezas,
esto hace que las reacciones sean de alegría, de comprensión, de aliento, de
apoyo, los amigos no divulgan un secreto.
Pero hay muchos que
dicen que son tus amigos y te llevan a las drogas, robos, engaños, al cigarro,
al licor, y cuando te ven en desgracia te abandonan, para que tú te abraces de
tu triste soledad.
Los perros eran sus
verdaderos amigos, aunque no hablan comprenden al ver el rostro de preocupación
de sus amos, los perros juegan contigo te hacen reír, no te critican, no te
engañan, pero este momento, era circunstancial, ellos no lo conocían, y en esto
si se parecían a muchos de nosotros los humanos, no nos gusta la invasión
territorial.
ANTES DEL DÉCIMO PRIMER
PASO.
El perro también es un
ser gregario, el perro puede compartir su territorio con la manada, pero en
este caso como son perros caseros, no salvajes, ellos nos toman a nosotros los
humanos como parte de la manada, o como parte de su familia. En este caso ellos
estaban defendiendo a su familia, es decir a sus amos, del intruso, que en ese
caso era él, entonces él tenía que demostrarle a los defensores del territorio,
que él era parte de la manada de la casa de en frente, que la señora, hijas,
hijos, él era el sobrino, el primo, el Nuevo amigo de ellos, que estaba seguro
que en algún momento posterior lo iban aceptar, he incluso hasta iban a jugar
un poco.
Pero en estos momentos
era el intruso, el ladrón, el violador territorial, y eso naturalmente ellos,
los perros estaban decididos a defender y hacerle saber, que si deseaba no
respetar el territorio, ellos estarían dispuestos a darle una verdadera represalia.
Cada vez que lo
olfateaban confirmaban que el pertenecía a otra manada, además traía en sus
prendas el olor de otros perros, ellos por el olor también podían saber que
bravura tenían los perros de la manada de Eduardo, sabían de la exquisitez de
las perritas, y si los que le rodeaban
eran machos, él tenía la esperanza de que sean platónicos, y crezca en ellos la
esperanza de que los lleve a conocer o de que les traiga a esa cachorrita.
Entonces se animó a dar
un pequeño vistazo a sus asaltantes, todos tenían el cuerpo rígido,
extremidades extendidas, cola alta, el pelo de sus lomos estaban erizados, es
decir demostraban disgusto, solamente los dos líderes mostraban sus colmillos,
dos movían la cola casi amigablemente,
eran los que olfatearon el olor impregnado de Andrax y Chiquita.
ANTES DEL DÉCIMO
SEGUNDO PASO.
Entonces sonrió, no
porque piense en los perros enamorados, sino porque recordó que Sultán a pesar
de su fiereza lloraba y rascaba la puerta desesperadamente cuando sonaban los
cohetones y avellanas de las fiestas patronales.
En las fiestas
patronales del Señor de la caña, todo era diversión, cerca del mercado y la
plaza principal siempre había una botija con chicha de jora para que tomen los
que deseasen, los dueños de Chiclín
hacían pintar todo el muro perimetral del pueblo de color rojo, quizás por ello
le decían al Alfonso Ugarte, equipo chiclinence
de futbol, los Diablos Rojos de Chiclín.
Los Diablos Rojos era
el equipo insignia, de Chiclín, no solamente era el orgullo de los chiclinences,
también de Trujillo, este equipo se enfrentó no solamente con los mejores
equipos del urbe nacional, también con equipos extranjeros, en el año 1936 se enfrentó con Gimnasia y Esgrima de
ciudadela, de Argentina, en 1937 con el
Audax Italiano de Chile, a quién ganó, en ese año derroto también al San Cristóbal
de Brasil, que venía de ganar nada menos que a Alianza Lima y Universitario.
Los diablos rojos eran
lo máximo, tenían hinchas locales e hinchas nacionales, su padre conversaba que
el 23 de septiembre del 1942 derrotaron
en Trujillo al Independiente de Avellaneda que era el campeón de Argentina.
Fuel el primer campeón
de la Copa Perú, siempre vestían como buenos chiclinenses y buenos peruanos,
con camiseta roja, pantalón blanco, medias rojas.
Recordó a su Arquero el
popular Antonio Sanguinetto, Oscar Villalobos, Constante Mendoza, Erasmo
Gamboa, Jorge Arce, José Quispe, conocido como chicamero Quispe, José Farías Negrini, José Dioses,
Tito Salavarria, Raúl Carrión, conocido como Cupón Carrión, Manuel Suarez,
conocido como Meleque Suarez y Jorge Quipuzco.
ANTES DEL DÉCIMO TERCERO
PASO.
El uniforme rojo del
Alfonso Ugarte de Chiclín, eran tan rojos como los ojos del rostro adusto del
perro líder, ¿Por qué eran agresivos los perros?, quizás llevaban en ellos una
maldición de la violencia familiar, o tal vez el recuerdo en sus genes de las guerras
vividas de sus antepasados.
Sí, quizás sus genes eran así, por ello sultán,
corría con el sonido de las avellanas y cohetones, también se desesperaba y
rascaba la puerta, su padre decía que era porque los perros tenían 30 veces más
sensibilidad en sus oídos que los hombres, su tío decía que no, que los oídos
de los perros eran 100 veces más sensibles que los oídos de los hombres, pero los hombres eran 100 veces más animales
que los perros, porque sabiendo esto, se atrofian los oídos, siempre en las
fiestas usan los fuegos artificiales. Pobres perros sufren mucho con estos
sonidos.
Pero quizás sea
hereditario, porque en la antigüedad los
perros en las época de guerra, comunicaban rápidamente la presencia de los enemigos, tanto por el
olor de la pólvora, como por el sonido de los cañones, y es que tal vez los perros llevaban grabados este olor
y este sonido mediante una cadena trans generacional, con la que se trasladaban
o heredaban o se pasaban de generación en generación; esta herencia
psicológica, tendrían los perros.
¿Herencias psicológica?,
¿Por qué no?, si tienen herencia genética, también pueden
tener herencia psicológica, quizás por
ello su nerviosismo, y como los pobres no pueden hablar se desesperan, como que
tratan de decirnos, peligro huelo a pólvora, hay sonidos de bombas, y rascan,
rascan desesperados para ponernos en alerta, además los perros siempre han sido
más fieles que nadie.
ANTES DEL DÉCIMO CUARTO
PASO.
A Guni, no le gustaba
que los perros sufriesen, o se desesperasen por los sonidos de los fuegos
artificiales, él en esos tiempos no había meditado, ni leído, ni observado bien
a los perros, pero si fuese el sonido de las avellanas lo que molestaba a los
oídos de estos, ellos seguirían desesperados así este presente su amo, pero basta con ver a
su amo para tranquilizarse, ir junto a él como diciendo acá estoy a tu lado para
entregar mi vida por ti.
Una vez más, la
desesperación del perro no es por busca de protección, es por dar protección al
ser que ama, que también es parte de su manada.
Los perros son tan
fieles y aman verdaderamente, sin fijarse si tienes un cuerpo bonito o un
rostro hermoso, ellos se fijan si los amas y te son fieles, pareciese que
tuviesen más sentimientos que los hombres.
Si los perros tenían más sentimientos que los
hombres, y eran más fieles que los hombres, entonces porque las mamás o las
tías cucufatas decían, este está peor que perro atrás de la fulana o atrás de
esa tal por cual.
Tal vez, a si le
dijeron a Guni, que tanto llamas a ese tal por cual, si nosotros somos una
familia de alta alcurnia; ellos piensan
que son de alta alcurnia, el único que fue y es
de alta alcurnia en este mundo, es Jesús de Nazaret, y su familia,
además, Jesús de Nazaret dijo: El que quiere ser el primero sea el último y
servidor de todos (Marcos9: 30-37)
Entonces, ¿Por qué
ellos se creen que son los primeros? No
son los primeros, y no porque yo lo diga, porque eso es lo que dice la biblia, el
dinero no te hace el primero, te hace creer que eres súper poderoso, súper
abusivo, súper arrogante, súper importante, súper bello, súper sabio, en
realidad te hace sentir megalomaníaco.
Ese estado
psicopatológico les da un estado de delirios de grandeza, poder, riqueza u
omnipotencia, y piensan que ellos deben tener el control hasta de los
sentimientos de las personas, Guni en una de sus últimas conversaciones, le
dijo:
-
E.Q. Tú eres mi novio eterno, mi
amigo, mi esposo, nadie nunca te sacará de mi corazón, estarás conmigo hasta el
día de mi muerte, siempre te amaré, pero hoy mi madre nos separa, dice que
tenemos un apellido importante, a mí no
me importan los apellidos, lo que más me importa es tu amor, voy a estudiar
para ser algo y mantenerme, tú también estudia, para ser algo y así cuando
tengamos nuestra profesión nadie podrá separarnos.
ANTES DEL DÉCIMO QUINTO
PASO.
Él nunca se olvidaría
de Guni, quizás el destino no los uniría posteriormente, quizás la madre Guni envié a estudiar a su amada a otro
país, a un lugar donde el jamás podría llegar o saber.
Tendría que ver el
destino también en la unión o desunión con su Guni, acaso uno nacía con un
destino que tenía que cumplirse al pie de la letra, acaso el científico nacería
para ser científico y el ladrón para ser ladrón, el pobre para ser pobre y el
rico para ser rico, el drogadicto y borracho para ser drogadicto y borracho y el santo para ser santo.
Que gracia tendría la
vida, si supiéramos nuestro destino o el destino de nuestros hijos, quizás
haríamos como dicen que hacían los espartanos con sus hijos si nacían defectos los tiraban del monte Tai geto.
El destino, todos los
fracasados echaban la culpa de su fracaso al destino, su tía decía que el destino no se puede evitar,
y si tú naciste para alguien, para ese alguien tenías que ser, de lo contrario esa
persona no era para ti. Así de fácil, entonces el destino es como un poder
sobrenatural que era inevitable de dicha o fatalidad.
Quizás mi destino no
sea con Guni, pero lo que más deseo es que Guni sea feliz, completamente, que
siempre me tenga presente como un hermoso recuerdo, yo si la amaré hasta mis
últimos días.
Tal vez, encuentre en este
hermoso mundo a una mujer que me haga olvidarla, tal vez estoy ya pensando como
un fracasado, sin siquiera haber intentado luchar por ella, como hacerlo, ella
estaba lejos, sus padres lo cercarían y evitarían se encuentren, no es el
destino, tengo que llegar a Lima, encontrarla, luchar por su amor, estudiare
como ella dice.
Quizás supiéramos
nuestro destino, nuestra vida no sería tan agradable, saber que uno va a tener
una vida de sufrimientos, saber el día que
vas a morir, como te accidentarás, que enfermedades tendrás, como se portará
tu amada, tu amigo, tu padre, si va ser engañado, si Guni se casaría con otro o con él, no, eso
no, mejor que pasen las cosas sin que uno sepa, cómo vivirían las personas
pensando en tantas cosas, perderían el
contacto con la realidad, dentro esta
psicosis andarían en alucinaciones o delirios, sin personalidad y confundidos
en sus pensamientos ya que pensar en una y otra cosa del destino, no podrían
organizarse mentalmente.
Quién como los perros,
ellos no piensan ni en su futuro, ni en sus estudios, ni en su trabajo, tal vez
también sufren cuando son separados, pero no creo que se enamoren y sean
eternos enamorados de una perrita.
Lo que pasa que las
persona que caen en desgracia, siempre buscan un culpable, muchas veces como un
escudo para alejarse de sus propios errores, y hasta en sus alucinaciones trata
de vengarse, cuando alguien les dice que tiene daño, o que un amigo o la pareja
le engaño, que desgracia, que fatalidad, grita llora, se jala los pelos,
amenaza, jura venganza; algunos maldicen su destino o el día de su nacimiento,
que tontería más grande.
Entonces su destino,
sería estar en esos momentos rodeados de perros, para probar su temple, su
cobardía, su dominio, su comprensión o su conocimiento de los perros como
siempre se jactaba.
ANTES DEL DÉCIMO SEXTO
PASO.
Por primera vez les dio una mirada girando
lentamente su cabeza, habían más perros de lo que él pensaba, uno de los perros
que lo rodeaba más cercanamente realizó un movimiento como que se retiraba,
entonces otro perro, un boxer quiso ocupar su lugar de manera prepotente, el
perro que parecía retirarse intentó ocupar nuevamente su lugar, al obtener una
negativa del invasor su reacción en ese instante fue tremendamente agresiva,
sin importarle el tamaño del invasor, produciéndose un gresca perruña, en esta pelea
se rompe el cerco, entrando otros perros más en combate, E.Q. sintió que su
corazón se le acelero, trató de controlarse pero temblaba interiormente, un
sudor frío corrió su frente, tenía deseos de gritar, las piernas estaban a
punto de traicionarlo, uno de los perros caídos lo tocó, ligeramente, si lo
hubiese tocado con más peso, le habría hecho perder la estabilidad, eso sería mortal,
recordó, que su madre contó que hace poco tiempo un grupo de perros habían
destrozado a un hombre dándole un horrible muerte y que hasta parte de su carne
se habían comido, dos gruesas lágrimas se formaron en sus ojos, este será mi
fin, se dijo a sí mismo.
Eduardo Quesquén levantó su mirada, diciendo:
-
No, este no es mi destino, esto es
circunstancial, el destino no determina ni éxito, ni fracaso, nuestro futuro
depende de nosotros mismos, de la protección de nuestro señor Jesucristo y su
padre amado, nuestro Dios, que es nuestro creador, porque Él dijo: Que los
cielos y la tierra escuchen lo que acabo de decir; te puse delante de la vida o
la muerte, la bendición o la maldición. Escoge, pues, la vida para que vivas tú y tu descendencia, Ama a Yahvé y
escucha su voz, uniéndote a Él para que vivas y se prolonguen tus días,
mientras que habites en la tierra. (Deuteronomio29: 19,20)
-
ANTES DEL DÉCIMO
SÉPTIMO PASO.
El perro que estuvo
delante corrió a participar en la pelea, otro perro uno casi obeso ocupo su
lugar.
E.Q. sentía todo el temor del mundo en su interior,
los gritos de los perros, los gruñidos, los alientos, las revolcadas, eso iba a
ser un peleón infernal como guiados por los demonios, sería una pelea de perros
endemoniados. Todos esos perros desconocidos para él y él a su vez también era
un desconocido para los perros; donde estaban sus dueños eso era una
irresponsabilidad, entonces intento gritar, pero rápidamente se contuvo, sabía
que esto también sería un gran error, se dominó, quiso llorar por primera vez,
pero no podía irradiar temor en presencia de ellos, además los perros pueden
percibir las feromonas que se liberan cuando se tiene miedo y eso les da más
decisión para realizar sus ataques, aunque ellos reconocen cuando son mayoría, cuando
deben atacar, cuando solo dan una advertencia.
Le habían tenido
lastima, no le atacaban por lastima, o quizás porque no era su hora de morir, esa
era la verdad, porque si lo atacaban todos esos perros juntos, no tendría
posibilidad de salvarse, pero aceptar que no era su hora era aceptar el
destino, y eso no era lo que él quería aceptar, en esos momentos lo más importante, era no realizar
movimientos dubitativos, de lo contrario el perro puede tomarlo como una
amenaza, y comportarse agresivamente,
eso sí era real.
Entonces algo de su
cuerpo lo traicionó, su corazón de agito tremendamente, parecía que salía de
lugar, ese algo fue su sudor, transpiró en los momentos en que más miedo tenía,
y eso era exportar los temores internos al exterior, esto sucedió en los momentos
en que comenzaron a pelear los perros, ese traslado de hormonas de su interior
a su exterior, tenía un culpable, el culpable de ese error, era el tiempo,
había transcurrido tan lentamente, que estimuló al cerebro, en un abrir y
cerrar de ojos, deseaba huir de ese lugar, cómo desaparecer, cómo no estar en
ese territorio de propiedad de esos perros, esos sabuesos que ya comenzaban a perder su control, era un
imposible, entonces se encomendó a Dios.
ANTES DEL DÉCIMO OCTAVO
PASO.
En otras oportunidades
a los dueños de los perros que agredían hasta dar muerte a una persona, los
encarcelaban, y a los perros los mataban, mucha gente decía que esto era
correcto, pero ni con todos los castigos dados o que diesen, esto devolverían
la vida a la persona muerta o liberarían del doloroso paso de muerte al
asesinado.
-
La victima que culpa tenia de que los
dueños no encadenasen o guardasen a sus perros dentro de sus viviendas.
-
¿Por qué motivo razón o circunstancia
estos perros estaban fuera de los hogares de los dueños?
-
¿Todos esos perros, serían de un solo dueño? ¿Tantos perros, para
un solo dueño?, no era posible, estos perros pertenecían a varios dueños, Entonces
no era un solo irresponsable, eran varios irresponsables.
En esos momento sintió que uno de ellos le tiró del pantalón, él consideró
que se le terminaba su vida, entonces otro perro más intervino en la pelea,
prácticamente eran dos contra dos, los dos primeros que se peleaban entre
ellos, terminaron enfrentándose ante el líder y el otro perro que intervino que
se solidarizó con el líder.
Un perro lanudo color blanco con negro, era el quinto perro que
intervenía, los otros perros un doberman, un pastor, un galgo, un cruzado
doberman con pastor, y el ovejero, un labrador, un mastín y un dogo entraron en
una pelea que no se sabía quién atacaba a quién, él estaba paralizado, los
gruñidos de los perros era enorme sin embargo, el perro que lo estaba cuidando
ni se inmutaba solo lo miraba seriamente, como tratando de tener una excusa o
pretexto para atacarlo sus manos transpiraban, su pantalón estaba húmedo, al
igual que su camisa, uno se caía, el otro perro atacaba, mientras que otro
defendía al caído, y así en una revuelta tremenda, él mirando y escuchando
sentía que el casco se le iba cayendo, del lugar en donde lo había asegurado,
una vez más imploró.
¡DIOS MIO AYUDAME!
ANTES DEL DÉCIMO NOVENO
PASO.
Al fin cayeron dos,
después de tanta resistencia, luego dos más, el perro que lo observaba se dio
cuenta, de lo que estaba sucediendo, entonces parecía que se le abalanzaba, el
volvió a implorar no me abandones Señor, ante s de comenzar a orar.
ORACIÓN, PARA LA SALVACIÓN.
Señor mío, en nombre de
tu amado hijo Jesús
Te pido, me alejes de
este peligro
Sálvame, adorado Dios
Perdóname mis errores
Mis pensamientos
injustos
Mis faltas a mis
semejantes
Oh señor mío, Tú que
eres justo
Mi Dios único y
verdadero Dios
Te pido, no me dejes
solo
En manos del maligno
Socorre Señor, a éste
tu hijo
Porque Tú Señor, eres
mi Creador
Mi adorado Señor, ten
piedad de mí
Porque sin Ti, no soy
nada, Señor bendito
Que todos reconozcan tu
justicia Señor
Hazme sobrevivir de
esta
Y otras calamidades en
mi vida
Endereza mi corazón perverso
Siento vergüenza Señor
De todo malo cometido en mi vida
Tú, hermoso Señor amado
y fuerte
Tú, invencible soberano
de los cielos y de la tierra
Tú, Señor del bien y
del amor eterno
Tú, Señor creador de
todo cuanto existe
Eres mi único Dios, y eterno
Dios
A ti te pido mi adorado
Señor
Escuches mis oraciones
y mis suplicas
Concédeme la liberación
de este y otros peligros
Y que el mundo sepa que
eres Tú, nuestro Dios
Quien me libertó, de
todo los peligros
Bendíceme y cuídame
Señor
Que estoy
desfalleciendo
Llena mi alma afligida
y sin fuerzas
De valor y fortaleza
Por tu gloria y
justicia, Señor bello
Ahora y siempre, Amén.
Willder Gamarra Soles
02.02.2014
Trujillo- Perú.
ANTES DEL VEINTEAVO
PASO.
El perro guardián, que
lo amenazaba, retrocedió dos pasos, luego su rostro como que había visto algo
que le asustaba, retrocedió rápidamente, ya no gruñía, los perros que estaban
peleando se separaron corriendo despavoridos, del lugar, entonces fue que los
dos últimos en caer, se juntaron a las dos primeras lagrimas que estaban ya en
su mejillas y unidas cayeron al piso.
Una voz le dijo:
-
Ve y no peques más.
Esa era la misma voz, que
en muchas oportunidades escucharía en su vida, E.Q. Como todos los seres
humanos, caminaba, jugaba, bromeaba, pero una voz le apartaría de una
conversación o reunión, no escuches, no participes, levántate este no es tu
lugar, y él le obedecería inmediatamente.
Todos los personajes
principales de esta historia son
ficticios, cualesquier similitud parcial o total, es solo una coincidencia.
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