lunes, 23 de septiembre de 2013

LA TOMA DEL CUARTEL COLOMA

LA TOMA DEL CUARTEL COLOMA
Después  de un gran partido de futbol, contra los Chacales del primer parque, Carlos Alberto Ramón Paniagua  Bazán, regresaba a su hogar apresurado para ducharse e ir a ver al grupo de aparentes amigos que le esperaban para ir a fumar, tomar e iniciarse en el negocio de las drogas.
El Tato Hernández estaría llevando la mercadería, y  explicar su venta, pero él  ya  tenía una lista elaborada de supuestos compradores, y además era toda una novedad que se veían en las películas, las noticias a diario hablaban de los hippies, que llevaban como lema PAZ Y AMOR y el consumo de la hierba.
A cada uno del grupo el Tato Hernández le había entregado un paco de hierba  (Un paquete), después del convencimiento de que no harían daño a nadie, llegó por su cuadra y le comentó al popular Ratín.
Eran ya las 8:45 pm,  caminando por avenida Mansiche que estaba casi vacía, bajo la copa de un árbol, Carlos Alberto  sacó una hojita engomada en un borde, que según él era de su abuelo y lo usada para fumar su tabaco, está hojita se la entregó a Ratín.
-          Pásame el paco para colocar un poquito de hierba, dijo Ratín, lo envolvió,  pasó suavemente la lengua sobre el engomado, cuidadosamente le ensortijo un lado y luego lo prendió comenzando a fumar.
-          Así no, dijo Carlos Alberto.
-          Cómo, preguntó el Ratín
-          Dijo,  que se tiene que retener el humo un rato.
-          Al poco rato, el Ratín  estaba alucinando, escucha le dijo.
-          Qué cosa,  no escucho nada, contestó Carlos Alberto.
-          Cómo qué no, si estoy escuchando los carros que recién entran por la Esperanza, a la altura del grifo los postes.
-          Ja, ja, ja, ja, ja, ven vamos a caminar contestó Carlos Alberto.
-          Cuando empezó a caminar, se dio cuenta como que caminaba  en falso, según él estaba como caminando en las nubes, es más, hasta miraba humo por donde caminaba.
-          Ta cuñao, estoy como en las nubes.
-          Yo igual, contestó el Ratín.
-          Pero al poco rato, el Ratín se sentó, cuándo Carlos Alberto lo miró, estaba como pálido y desencajado.
-          Me muero, loco, me muero, dijo el Ratín.
-          Qué tienes, abre los ojos,  le contestó Carlos Alberto.
-          Pero el Ratín parecía gelatina y se empezó a escurrir.
-          Ratín, Ratín, habla,  dime que sientes.
-          Siento que mi sangre pasa de mi frente a mi parpado superior, del superior al inferior como si estuviesen unidos, toca mi corazón, parece que va a estallar, mis codos ya se quiebran, mis rodillas no me sostienen, Carlos Alberto, me voy a morir huevón, para que mierda me has dado eso, después tú también vas a morir.
-          No cuñadito, no te mueras, no te vas a morir, ya te va a pasar, descansa un rato y todo va a pasar.
-          Que sientes Ratín, Ratín habla cuñado, no me asustes, dime que sientes.
-          Siento que mi sangre pasa del labio superior al inferior como si estuviesen unidos, me estoy enfriando, hoy muero, quizás ya este muriendo y no lo sé.
-          El Tato Hernández había dicho,  solamente hay que enseñarles a volar a esos párvulos,  para que se modernicen y Ratín ya se moría.
El primer grupo de vendedores del Tato Hernández, eran:
Carlos Alberto Ramón Paniagua Bazán, de 15 años.
Alexander Soto Campos, de 16 años.
Jhony  Huatay Argomedo, de 14 años.
Eleodoro Zapata García de 17 años.
El chino champa cuyo nombre era Simón Cadenillas Barreto, 16 años.
Fortunato Humberto Cipriano López conocido como el Tato Hernández de 26 años de edad.
El Tato llegó  de Lima, lo conocieron de casualidad en la esquina del Rabioso Ney de nombre Jorge Neyra Piedra, le decían el rabioso porque su palabra favorita era Che su mare, también le decían la esquina de la casa blanca, porque la fachada, las puertas y ventanas, eran blancas, en esa cas vivía el loco Ney.
Estando reunidos los jóvenes en la esquina se paró un Jeep color naranja con este personaje.
-          Caballeros buenos días, por favor, podrían decirme si por esta zona hay una casita en alquiler.
Todos se miraron, todos opinaron, el personaje agradeció y se marchó.
Desde esa oportunidad pasaba siempre saludándoles con estas frases.
Primero: Más o menos 5 días.
-          Buenos días, o buenas tardes, o buenas noches Caballeros.
Segundo: Más o menos 4 días más
-          Buenos días, o buenas tardes, o buenas noches Jóvenes.
Tenemos que remarcar que no fueron días continuos; pero en el quinto día se acercó y les dijo:
-          Que novedades jóvenes, saben ya de alguna casa en alquiler, la verdad es que un amigo la necesita, viene de viaje por un tiempo.
-          ¡Que calor que hace! Continuo diciendo, puedo invitarles una gaseosita.
-          Claro mi estimado, dijo el loco Fredy, que en esa oportunidad estuvo en la esquina de la casa blanca, tenía 17  años y casi siempre repetía esta frase, supérate loco te estás quedando.
El Tato bajo del Jeep, dejó la puerta abierta, con una música de los pasteles verdes, que decía: quiero recordar esta noche,  momentos que no volverán…, cruzó la pista y regresó con dos Inca Kolas familiares, unas galletas de sal.
El tato vestía una camisa estampada de palmeras, tenía en su rostro unos lentes oscuros, un reloj Citizen en la muñeca izquierda, una esclava de oro con la estampa de un águila en la muñeca derecha,  una cadena gruesa con una impresionante imagen de un cristo crucificado, todo de oro,   una sortija gruesa de oro con una piedra negra, pantalón blanco, zapatos blancos de charol y medias blancas.
El Tato era un tipo medio blanco, con pelo ensortijado, media más o menos unos 1.82 mtr, robusto y muy risueño.
Les entregó unos vasos de vidrio diciendo:
-          Sírvanse jóvenes, mi nombre es Fortunato Humberto Cipriano López, para mí es un placer saludarlos y poder compartir con ustedes estás gaseosas.
El rabioso Ney le dijo tuteándolo.
-          Te llamas Fortunato Humberto.
-          Si, contestó.
-          Entonces te dicen Tato.
-          Si desean díganme Tato.
-          Bueno para que suene mejor te bautizó como el Tato Hernández.
-          Bueno, dijo sonriendo para pasar a carca jadas jajajaja, y a ti como te dicen.
El grupo en coro y casi gritando pero desordenadamente dijo:
-          “El Loco Ney” jajajajajajaja rieron todos.
El Tato Hernández tomó un par de vasos y se retiró diciendo antes de partir ya en su Jeep:
-          Ney reclamas el vuelto, de los vasos y los envases.
-          Ok, es una donación, contestó  el loco Ney
-          Sí, para que se tomen otra a mi nombre, le replicó el Tato.
-          En la próxima que sean Chelas (Cervezas) dijo el Loco Fredy que estaba próximo a cumplir
-          los 18 años.
-          Bueno, pero piden permiso a sus papas, contestó sonriendo el Tato.
-          Suave loco, supérate te estás quedando,  nosotros no pedimos permiso, estamos superados.
-          Ojala, les dijo el Tato y se marchó.
Las cinco ocasiones posteriores, cuando pasaba el Tato Hernández les decía.
Buenos días o buenas tardes o buenas noches muchachos.
Después de la quinta vez el Tato se desapareció por unos seis meses, fue un sábado o domingo de Febrero en que reaparece, estaban jugando carnaval, les invito unas cervezas de un momento a otro la chata María mojo con agua al Tato, y el Tato sonrío diciendo.
-No pasa nada, sus amigos son mis amigos, mirando a uno de ellos, continuo diciendo destapa todas las cervezas, cuando ellas se acerque le s bañamos con cerveza, jajajajajaja.
El loco Ney dijo:
-          Por culpa de esas perruñas, nos quedamos sin chelas.
-          Por cada perruña embetunada pongo tres chelas, compra 8 betunes le dijo a Carlos Alberto, jajajaj  no saben con que carnavalero se han metido, luego colocó música criolla a todo volumen en su camioneta.
Después de ese día llegó a cada rato para organizar la fiesta de carnaval con palo cilulo, al comienzo banda de músicos por 2 horas y luego un equipo de sonido, aerosoles de espuma, chelas.
De esta manera se ganó la confianza del grupo y de algunos padres de familia, les decía que era corredor de bienes y raíces, pero también vendía autos, y que sus padres tenían negocios en Argentina, Colombia, Venezuela.
Que por el gastó no se preocupen,  era algo muy mínimo para él, que lo que más le importaba era divertirse y ganarse la confianza de ese buen grupo de jóvenes,  si no me equivoco, van a ser muy buenos comerciantes algún día jajajajaja, uno nunca sabe decía jajajaja, eso como que incomodo a algunos padres,  e ilusionó a otros pensando que les podía dar trabajo a sus hijos.
En la  fiesta el Tato estuvo casi tres horas y se retiró, disculpándose que tenía que viajar urgente por unos negocios, reunió al grupo les dejó un billete para unas 20 cajas de cerveza y que si sobraba le guarden el vuelto.  Todos decían tremendo pitucaso es el Tato, pero quiere ver si son ustedes honestos con él,  dijo uno de los padres, llamaron al distribuidor mayorista que les deje el producto con  su recibo, para rendir cuenta posteriormente,  los envases lo dejarían en la casa blanca.
El sargento Lucho era un buen tipo para todos, pero en su casa era gritón, demasiado exigente con sus hijos, con quienes casi no conversaba, sólo ordenaba, su esposa era una buena mujer,  pero le gustaba mucho las novelas, además sus hijos más estaba en la calle que con ella.
Un día el sargento Lucho decide que Alberto vaya al ejército, en realidad Alberto también deseaba ir, tenía la intención de cambiar, en el fondo no le gustaba lo que hacía, pero la corriente del grupo lo empujaba, la única que no estaba de acuerdo era la pobre señora Francisca, Esposa del sargento Lucho.
-          Mi nombre es Carlos Wuapaya Jiménez, soy su comandante,  estoy aquí para quitarles todo lo negativo, trabajar sin tregua, sin darles un momento de tranquilidad, sin descanso, a partir de ahora ustedes son mis perros y yo su amo.
-          La obligación del soldado es servir a la patria, por ella debemos prepararnos como el acero, debemos de ser fieros, dispuestos a  morir por ella, debemos estar preparados para vencer al adversario o al enemigo.
-          En este cuartel las órdenes se cumplen sin gesto ni murmuraciones, porque para el soldado de infantería cada amanecer de su vida es incierta, nuestra misión es asumir el riesgo de morir en un combate con dignidad, con  honor en defensa de nuestra patria y nuestra gloriosa bandera.
-          El batallón de infantería es el que ha escrito las páginas más hermosas de heroísmo en nuestra patria y aquí están ustedes, desde hoy siéntanse orgullosos de ser infantes, siéntanse deseoso de servir a la patria, siéntanse glorioso de morir por ella como un infante.
-          Soldados, están dispuestos a prestar sus vidas en un desastre natural, en un secuestro, en ataque terrorista, en una guerra.
-          Si mi comandante, se escuchó{o al unísono.
-          El soldado no retrocede en el agua fría, en la lluvia o en la nieve, nosotros no tenemos excusa para cumplir nuestra misión, ya lo hicieron nuestros antepasados, ahora nos toca a nosotros cumplir, todo esto que les digo, ahora no es fácil, pero con la rutina diaria será un pan comido, no admitimos abusos, tampoco falsos líderes, sólo admitimos campeones y héroes.
-          Aquel que no respeta los valores, no respeta a la patria, por lo tanto, tampoco lo respetaremos, pero si tengan por seguro que su recuperación será tan dura que preferirá morir, pero al final nos agradecerá.
-          Soldados nuestros principales valores son: lealtad, valor, disciplina, sacrificio, espíritu de cuerpo.
-          Ahora quiero que repitan “SOY SOLDADO, VIDA YA NO TENGO, SE LA ENTREGO A MI PATRIA”
-          “VIVA EL BATALLÓN DE INFANTERÍA” “VIVA EL PERÚ”
Carlos Alberto Ramón Paniagua Bazán, estaba ya, en el ejército se sentía contento, le exigían hacer todo tipo de ejercicio físico, desde las 5.30 am, en realidad no fue un castigo, el ejército se convirtió en el mejor momento para reflexionar  de lo que estaba haciendo con su vida, sin embargo su madre cuando lo visitó lloró diciéndole:
-          Estás flaco hijito, no te dan de comer.
-          Si mamá, nunca me sentí mejor, contestó con una alegría desbordante.
-          Tócame mis brazos, mi pecho, mi barriga, estoy duro, esto es lo que yo quería, les ganó a todos haciendo ejercicio, soy el que más corre, yo soy lo máximo mamá, soy tu hijo, debes sentirte orgullosa.
-          Ella sonrió, pero cuando a su hijito le tocaba, estar en el puesto de vigía en las torres  ella le llevaba su canastita con fiambre o frutas.
Pasaron los meses, fue seleccionado para el curso de comando. De noventa participantes sólo quedaron veinticuatro.
Los ejercicios físicos y temerarios eran muy superiores s los del cuartel.
El comando nunca debería separarse de su fusil automático FAL con bayoneta y su pistola Browlin.
En cada galpón había 50 hombres, dentro todo era orden y limpieza.
En los ejercicios de supervivencia salían a las 4 pm y regresaban a las 10 am del día siguiente, detrás del grupo de iba el carro de la basura, con ese nombre denominaban al carro de recojo de los comandos exhaustos, “Suban a este cabreado, suban a esta basura, suban a esta gallina”
Cuando el creador de comandos, presentaba alguna prueba desafiante, decía
-          Necesito un valiente, un capo para que realice, tal cosa. Alberto  con arrojo y valentía contestaba.
-          Yo, yo soy el capo que necesita.
En una oportunidad, en una prueba de detonación a tiempo máximo de riesgo, muchos le dieron por muerto o al menos herido, pero él se levantó gritando:
-          “Viva el Perú carajo”, como vieron que desplomó nuevamente, todos corrieron, el nuevamente levantándose les dijo:
-          Cuando un comando cumple ya puede pasar la tropa, primero festejaron a risotadas, después lo castigaron por chistoso.
El capo reclamó diciendo que él siempre lograba todas las exigencias, que era el primero en todo, la respuesta fue.
-          Las ordenes se cumple sin gestos ni murmuraciones, los castigos también, en el cuartel la disciplina es primero, los payasos son del circo.
Al enterarse el coronel Valverde lo absuelve del castigo, por el arrojo que siempre demostraba, el monitor al llegar al calabozo, le dijo:
-          Tu libertad viene del alto mando, te esperan en la oficina del Coronel.
Al llegar a la oficina del Coronel, también estaba el General Cáceres, con otros oficiales que no conocía, el Coronel le extendió la mano diciéndole:
-          Te felicito, nos sentimos orgullosos de tu persona.
-          El General Cáceres le dijo con un rostro sonriente y de camaradería:
-          Bienvenido Capasote, necesitamos de tus grandes dotes para cumplir una misión, el día 22 de Febrero vamos a tomar el cuartel Coloma, usted caballero será la cabeza del grupo estará con usted el teniente Alvarado Huamán y el capitán Quisiyupanqui Ninancuro., quien le explicará el plan.
Posteriormente se realizó un brindis el General solamente dijo:
-          Por el triunfo “Viva el Perú”
Por la noche recordó lo injusto que había sido la vida con él cada vez que hacía algo bueno era castigado.
En una oportunidad con su corta edad se peleó con un PIP (Policía de investigaciones del Perú) fue por defender a una señora que decían que era prostituta.
Este cobarde PIP regresó con un carro de tropa, con gente de su cuerpo, lo golpearon tanto que perdió el conocimiento, su padre el sargento Lucho denuncio a este mal oficial, lo amenazó con meterlo en la cárcel su hijo era un menor de edad, estudiante, no era maleante, y el diputado Paniagua era tío de su hijo.
Alberto, estuvo 15 días en el hospital, cuando sale, el cobarde oficial le lloró para que retire los cargos, su mujer con bebe en brazos lloró con él.
Alberto retiro los cargos, no por el mal oficial o por su mujer, lo hizo por su bebe,  ya nadie podría quitarle los golpes recibidos, pero él no le quitaría el pan al bebe.
También recordó que en su cuartel de origen le dio una golpiza al famoso Ogro. El Ogro era un maleante, que se reenganchaba en el ejército salía hacer sus fechorías y regresaba escondiéndose en el cuartel.
Alberto se enteró que el Ogro había violado a un moroco, lo buscó y le dio de alma, lo metieron en el calabozo, entonces sonrió, también fue un capitán de apellido Flores  y lo soltó, metiendo al villano al calabozo,  el  capitán Ernesto Flores  mantuvo al Ogro en un castigo completo,  todo el tiempo que este estuvo en el cuartel.
Al día siguiente Alberto se reuniría con el resto de comandos que participarían en la misión “Por el Perú mi Vida “que tenía por objetivo tomar el cuartel Coloma.
Inmediatamente realizaron un trabajo de inteligencia, para reconocer el cuartel, sus movimientos, estudio de tiempos, toma de fotos, puntos débiles, momentos frágiles, ubicación del personal relajado.
Tenían que eliminar enemigos en las torres, colocar minas de tiempo, en los pabellones, eliminar polvorines, sala de oficiales, en fin explotar todo el cuartel.
Aparte de los puntos acostumbrados en el cuartel Coloma tenía dos soldados en la puerta principal, dos soldados cuidaban las oficinas, cuatro soldados siempre estaban por los polvorines, en la parte posterior había huellas donde siempre se descolgaban o ingresaban.
Eran las 20 horas del día 21 de Febrero, en corrales Tumbes 12 comandos debida mente equipados  con pintas y disfraces nocturnos, con FAL bayoneta, carpa, browling de 23 disparos, de 9 mm, 600 metros de alcance con zapatas en la cola del disparador, minas portátiles de corto tiempo, granadas comenzaron a moverse, en la oscuridad de la noche.
A las 22 horas estaban en el puente Tumbes, a la espera del tiempo coordinado.
De los doce comandos, los comandos 1, 2,3 eliminarían a los miradores de las torres, 4, 5, 6, 7 minarían polvorines, unidades móviles livianas y pesadas. 8, 9, 10 11 minarían pabellones de comandos, oficios, y soldados.
A las 03.00 horas del día 22 salen del puente Tumbes ubicado a 1 km del cuartel
1, 2, 3 y 4 pasaron cuchillo a enemigos en las torres, luego a soplones en las escaleras, estos no estaban en el programa, fueron como invitados especiales, pero también fueron eliminados.
 5, 6, 7 y 8 minaron polvorines, unidades móviles y cinco lanzas misiles que no estaban en el programa.
9, 10, 11 y 12, cumplirían su cometido, pero en el cuadro de oficiales uno de ellos obtendría un pequeño rasguño.
Todo el trabajo se realizó en tan solo 25 minutos, corrieron el riesgo de volar dentro el cuartel, pero fue un operativo triunfal.
Más tarde en el campamento de corrales los comandos fueron elogiados, muchos recién se enteraban, puesto que la misión fue secreta.
Carlos Alberto Ramón Paniagua Bazán tubo esa noche dos sueños.
En el primer sueño,  miró  a su amigo, el rabioso Ney convertido en un ser “Adicto-Abandonado”, que no le interesaba estar aseado, (Bañado), después lo miró desnudo, con ropa rotosa, hediondo, barbón sin afeitarse, descalzo. Esto le apenó, porque el loco Ney,  era el más cuidadoso en su manera de vestir, le gustaba estar bien aseado, bien peinado, afeitado, perfumado, con los zapatos bien lustrados, su ambición era ser cadete de la marina.
Al loco Fredy, lo miró rascándose la piel alucinado, gritando que los gusanos le comían y que sus tripas se caminaban dentro, con sus ojos potos, oscuros, flaco amarillento.
Al chino Champi, lo miró sentado con otras personas desconocidas sacando la legua escuchando música metálica, con una letra que hablaba de crímenes, abusos, necrofilia, etc. Él sabía que este tipo de música era la que normalmente escuchaban los sicarios, los enfermos sexuales, los masoquistas.
Alexander Soto Campos, actuaba como loco, en su alucinación se hacía daño físico y agredía a los que se le acercaban.
En el mismo sueño sentía que su corazón palpitaba fuertemente, se sentía desesperado por sus amigos.
Eleodoro Watay, alucinaba ver luces, y además decía que su abuelo ya fallecido le hablaba porque estaba a su lado.
Eleodoro Zapata caminaba  cinco pasos adelante, para luego dar dos pasos atrás, tratando de oler todo su alrededor, con gestos placenteros y gestos desagradables, su pelo era una mata de mugre y cabellos.
 Carlos Alberto Ramón Paniagua Bazán se despertó asustado y se puso a llorar en silencio. 
Oró por sus amigos, rogando que no les haya pasado nada malo.
Cuando se quedó dormido nuevamente tuvo otro sueño.
Se miró con una camisa azul, botones blancos, cuello con laureles en las puntas, pantalón azul  con cinto, botas de cuero negro, estaba frente a un pelotón de fusilamiento, acusado de amor a la patria y traición a la vida.
Escuchó fuego de escopetas, sintiendo 11 proyectiles en su corazón, se miró caer, al caer miró un libro con pasta oscura, herido en el corazón se desesperó por tocar el libro, logró tocarlo, miró a mucha gente con hambre física, pero a la vez ávidos le preguntaban que decía el libro, él se miró como sudaba, como sentía escalofríos, comenzó a llorar, sentía que se ahogaba, sentía pena, dolor, angustia, abrió el libro y una luz blanca le cegó.
Entonces se miró leyendo ese libro, le leía a gente que él no conocía y leyó lo siguiente:
Aun si tus manchas fuesen rojas como la purpura, Yo te dejaré más blanco que la nieve si haces lo que te digo.
Luego se miró alzando los brazos leyendo esta oración.
ORACIÓN POR LA FE
Amado Dios, bello y adorado
Te pido señor escuches mis ruegos
Los entrego  a través de tu hijo,
Mi amado señor Jesús
Dame señor la fe inmensa
Como el capitán de la guardia
Que suplico por su muchacho
Y mi señor Jesús sanó
Vengo a ti mi Dios, como el leproso
Que dijo si quieres puedes limpiarme
Y, tu iluminado hijo limpio
Me siento señor desesperado
A pesar que te amo, dudo  
Me siento perdido
Como los discípulos que en el mar
Despertaron a Jesús dudando
Por falta de fe
Ordena señor se retire el miedo
De mi persona
Lléname señor de fe
Ahora, Señor te pido el pentecostés
Lléname con tu Espíritu Santo
Para cuando hable tu palabra sea escuchada
Dame autoridad contra toda fuerza enemiga
Sea yo, como el buen samaritano
Permíteme señor engrandecer y ensalzar tu nombre
Dame sabiduría para enmudecer los labios embusteros
Tú eres mi amparo, mi refugio, mi Dios
A quien entrego mi vida
Tú eres mi luz, mi dulce señor
Ilumina, señor mis tinieblas
Oh, mi Dios Perfecto,
Permíteme proclamar tus evangelios
Quiero estar preparado Señor
Para la llegada de mi Señor Jesús
 Y no ser rechazado
Señor, dame sabiduría y entendimiento
Gracias, Señor por la fuerza ilimitada
Gracias, por  libertarme del temor
Gracias, Señor porque siempre podre adorarte
En espíritu, en vida terrenal y después de ella.
Carlos Alberto Ramón Paniagua Bazán, después de haber sido un drogadicto, peleador, borracho, ladrón, embustero, hoy después es un siervo de Dios y guía de muchos.
Willder Gamarra Soles.
TRUJILLO-PERÚ.
22.09.2013.

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