sábado, 14 de mayo de 2011

DEMUÉSTRAME QUE ME AMAS






DEMUÉSTRAME QUE ME AMAS

Abel era un pastor de una iglesia y exigía a sus prójimos el diezmo para la iglesia pero no cumplía con los fines de este diezmo, mas al que no cumplía le decía que se estaba condenando, que era un falso, que era la vergüenza del grupo, lo ridiculizaba.
Abel no era admirado por su severidad, pero le tenían respeto por los largos días de ayuno, siempre decía con estos días de ayuno fortalezco mi espíritu, no le interesaba en lo más mínimo si los miembros de su iglesia estaban mal económica  o físicamente, a él le interesaba que le den el dinero de una o de otra manera usando a los mismos miembros unos contra otros, enamorados contra enamorados, esposo contra esposa,  grupo contra grupo, en los momentos de soledad aprovechaba para enamorar a las mujeres, y con muchas de ellas se acostaba engañando estás a sus enamorados y esposos, las citaba con algún pretexto igual que tu citas a tu alumno o alumna para aprovecharte de ella, les insinuaba como tú insinúas a tus vecinos, amigos de tu pareja, a tu secretaria o amigo de trabajo, o a cualesquier persona que ni  bien conoces y lo haces con una seguridad por que te adoras a ti mismo, que crees que conseguirás tus objetivos, como una mejora de sueldo, el conseguir un documento, el conseguir una promoción, el conseguir una vivienda o ganar cualesquier litigio, sin interesarte a ti mismo ni la persona con la que tratas, porque piensas que todas ellas son iguales que tú.
Abel era admirado porque hablaba lenguas y el resto que era la mayoría se sorprendía al escucharlo, y les ponía la mano ofertando a solas sus curaciones, pero Abel por las noches jugaba a la suerte con el dinero que le daba la congregación y no hacía mejoras para su templo, ni ayudaba a los enfermos, ni de espíritu,  ni del cuerpo, era juguetón y siempre que estaba con un niño a solas le decía que lindo eres papito que si fueses mujercita te llamaría…. Y le decía un nombre de mujer, también les decía ven hijito mío y les daba besos con lascivia tanto a los niños como a las niñas, como a las jovencitas y a las damas, pero la lascivia es un apetito propenso a los a los deleites carnales y él estaba sujeto a esa adoración, cuando el hombre adora más la carne está inclinado a este tipo de deleites, tanto hombre como mujer juegan a ser los más atractivos y sin darse cuenta llegan a estar en estas condiciones.
Abel contrataba gente a la que le decía tú te acercas en la multitud y yo hago de exorcista, pero tú no te dejas haces fuerza y en un descuido te corres y así tenemos más fieles, cuando te alcancen yo designo a uno de ellos para que reprima tus espíritus tú te calmas y después los atacas y yo le llamo la atención diciéndole al que designé que estaba bien pero que le falto fuerza y pregunto al auditorio por qué le falto fuerza creamos una polémica y con este ardil hacemos una controversia y tenemos más dinero en la iglesia, después te reprimo y tú te desmayas, te levantas me abrazas y me dices señor tú eres santo, y todos nos darán más dinero a la hora de las ofrendas, pero esto queda entre nosotros por ello te pagaré bien, también te daré dinero para que al día siguiente me traigas flores, regalos y me beses los pies para que el resto haga lo mismo y tenía Abel sus negocios y era un hombre prospero en apariencia con el dinero de su iglesia y de los creyentes.
Tú no hagas lo que Abel hace, tú ora con todo tu corazón, con toda tu mente, con toda tus fuerzas y yo pediré a mi Padre por ti y cuando tengas un don no pidas dinero a cambio porque tú no has pagado dinero alguno por adquirir ese don, y al pedir dinero eres ya un seguidor del dinero y no de Dios, Él se encarga de su pueblo y te dará para que tú vivas, no pidas favores con dinero, ni entregues tu cuerpo, ni engañes con el fin de ser admirado, porque te estas adorando a ti mismo y estás cometiendo idolatría, demuéstrame que me amas, no seas como los falsos pastores, porque hay de los falsos pastores, es mejor que no hubiesen nacido.
Sé como el pastor que dejo al resto de las ovejas para recuperar a una que se estaba perdiendo.
Bendito sean los pastores que hacen las cosas de Dios, pues de ellos también es el Reino de Dios.

No hay comentarios: