domingo, 13 de marzo de 2011

NUESTRO FÚTBOL.







NUESTRO FÚTBOL.

Siempre recuerdo que los dirigentes de futbol de los equipos del barrio y de otros barrios de mi ciudad después de ganar un partido, festejaban con los jugadores  tomándose unas cervezas.
En realidad uno no debería criticar este acto si solo fuese un vaso para festejar el triunfo, pero en realidad si ganaban bebían desmedidamente, si perdían de igual manera se emborrachaban tanto que en muchas oportunidades se terminaba en peleas  callejeros, con o sin razón,  pero estos eran muchos.
Siempre meditaba diciéndoles a mis amigos si en lugar de dar de beber licor, tabaco, a los mejores jugadores les dieran pantalones, camisas, polos, libros, obras literarias, o invertir en gimnasios para los clubs, charlas de orientación juveniles, nuestro destino futbolístico sería otro.
Si hacemos un recuento de los partidos de futbol internacional en el Perú siempre se cometen los mismos errores atreves de los años.
Desde  la personalidad de los futbolistas que es un problema  transgeneracional, a parte de las que recibe de su propio entorno, el  egoísmo   permite dar un pase porque queremos ser nosotros los únicos, es decir los pensamientos con sentimiento equivocados nos dan resultados  equivocados.
 De su desplazamiento en la cancha, inician con un orden  directriz, si les adelantan un gol y nuevamente por el mismo lado dejamos el espacio abierto, o nos amontonamos  en el mismo centro sin poder salir o adelantar al arco rival.
De la falta de físico, porque dicen que están mal alimentados, porque los jugadores  no se prepararon bien o porque lo que no hicieron de niños no lo pueden hacer  ya como profesionales. Del desorden y argollas. Porque no están de acuerdo con el entrenador, o porque el directivo quiere ser entrenador oculto, tomar las decisiones ocultas tener sus jugadores preferidos.   
Pero si contratamos entrenadores solamente para los equipos superiores o profesionales y nos olvidamos de los inferiores o amateurs, no hacemos nada,  el cambio viene desde abajo.
Debemos  capacitar  a los entrenadores de las diferentes regiones,  con los mejores entrenadores  internacionales y nacionales.
Con capacitación a los directivos con la finalidad de romper las argollas y que tengan conciencia de respetar el trabajo del entrenador, así  sea él, la persona que soporta la economía de institución.
Con charlas psicológicas y técnicas de dominio del balón y desplazamiento a los equipos desde las divisiones inferiores.
Con charlas a los jugadores fracasados con complejo de haber sido los mejores, porque ellos son los dueños de las canchas y no dejan jugar a los niños,  porque en lugar de abrazar   y enaltecer  una buena jugada de un niño o joven lo patean amparándose en la mala frase “A mi me va a pasear  este mocoso, eso es para que respete a sus mayores”
Con una orientación que el licor es el camino del fracaso de todo jugador, de todo directivo, de toda institución, y de toda Selección.
¿Y tú, que opinas,  estás de acuerdo?



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