miércoles, 25 de diciembre de 2013

EL NIÑO JESÚS CONFUNDE A UN TERCER MAESTRO

Es continuación de: EL NIÑO JESÚS Y LAS RELACIONES CON UN SEGUNDO MAESTRO.
Y, algún tiempo después, otro maestro que era pariente y amigo de José, le dijo: Tráeme al niño a la escuela, que quizá podre por la dulzura enseñarle las letras. Y José le contestó, si tienes valor hermano llévalo contigo. Y lo llevó con temor y repugnancia, y el niño Jesús iba con placer.
Y, entrando decididamente en la escuela encontró un libro en el pupitre, y, tomándolo, no leía los caracteres que en él se encontraban, sino que, abriendo la boca, hablaba conforme la inspiración del espíritu santo. Y enseño la ley a los presentes. Y, juntándose una gran multitud, lo rodeaba, y se admiraba de la belleza de sus descripciones, de lo justo de sus discursos, y de como un niño como él se expresase de tal manera.
Al oír esto, José, espantado, fue a la escuela, temiendo por la salud del profesor. Y el maestro dijo a José: Sabe, hermano, que yo he tomado al niño por discípulo, pero está lleno de sabiduría y de gracia. Condúcelo te lo ruego a tu domicilio.
Y, cuando el niño Jesús hubo oído estas palabras, sonrió, y le dijo: Puesto que has hablado bien, y has dado un buen testimonio, sea por tu causa curado quién fue herido. Y enseguida el otro maestro fue curado. Y José volvió con el niño Jesús a su casa.
En esta oportunidad, el niño Jesús perdona al otro maestro castigado por su ignorancia e ira, gracias a las palabras de reconocimiento, y de humildad de este tercer maestro, quién reconoce que como ser humano simple y sencillo, no puede enseñar a una divinidad, ya que no tiene el conocimiento necesario, para hacerlo.

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