sábado, 1 de enero de 2011

LA APUESTA Parte 3



LA  APUESTA
Parte 3 




-Ja, ja, ja, ja, haber, haber, quién es capaz de comer, como dice mi mamá, lo  que comía él gringo, haya en sus tiempos en puerto Morí.
-No, muchachos que van hacer, esto no es para que lo boten, si lo botan no les voy a dar de comer más -  habló la madre.
-No, no, no te preocupes que nosotros lo vamos a comer - dijo el mayor de los hermanos, y continúo - En la refrigeradora está la leche – a la vez que se frotaba las manos entusiasmadamente.
-Se levanto, el segundo de ellos y, puso el recipiente en la mesa comentando - Pero tienen que revolver todo con arroz, el fréjol, la yuca, el cabrito y comerse todo el plato de lo contrario pierde el que no termina.
-Sale y vale - dijo el tercero -, a ver tú que eres el más empeñoso empieza - dijo al primero, el tercero.
-Pásame la leche, sí ese gringo lo hizo yo también, ¿Qué tienen los gringos, que no tengamos nosotros? Acaso ellos no mas van a poder comer así - cogió el recipiente con leche, entreverando está, con el guisado de cabrito, arroz, fréjoles, y yuca.
Aag, que asco, aguanta compadre, ahí no más, yo voy a vomitar, puff, que horrible que está eso, parece comida de chancho -   hacían gestos de repugnancia, para desanimar al participante - El rostro del solitario hombre sonreía al recordar esas vivencias, no lo comas, ufff. No lo vas a poder comer, mira antes de empezar, vamos una apuesta, por las puras no te vas a sacrificar, que dices, anda o, ya no quieres ir le decían, con el ánimo de desanimarlo, pero como él era el que inicio eso – dijo – ya, van cinco lucas (soles),  pero gana el que se coma toda la comida.
-Si se le puede llamar comida, a esa cosa - manifestaron los dos hermanos.
 -Bueno van o no van, vamos – dijeron los dos hermanos y, empezó a comer el primero de los tres hermanos.
-Mamá, corre, ven mira lo que ha hecho tú hijo, gritaban, apúrate.
-Jesús, María y José, que has hecho muchacho.
-No te preocupes mamá, que horita me lo acabo.
-Oye, no seas cochino - le decían-, como te vas a comer eso, ni los chanchos pueden comerlo, mira, aag si parece vomitado de borracho - se tapaban la nariz y hacían los peores gestos para desanimarlo, para que no pueda terminar la comida, cuando hizo su primer gesto de desaliento, los otros dos hermanos cogieron los quince soles de la mesa diciendo - Caballero, perdiste no vas a poder terminar, mira, no más, que vas a poder comerlo.
-Si el gringo lo hizo, yo también - pasó un trago de saliva e intentó nuevamente, sin terminar ante los gestos de sus hermanos, corrió al baño y uagg arrojó sin tener provecho y, ante las risotadas de los dos hermanos, su madre lloraba de tanto reírse y, la hermana también.
-Ese tonto, pensó que esto es cosa fácil – dijo el tercer hermano y empezó a verter la leche en el plato de comida.
Espera que venga - dijo el segundo de los hermanos, y continuo - Dile que se apure, por yo estoy embalado y, con hambre.

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